domingo, 1 de marzo de 2015

Presentación de libro sobre discapacidad


La semana pasada tuvo lugar en el MIDES la presentación del libro editado por el programa PRONADIS titulado "Discapacidad y Trabajo - una perspectiva de Derechos".
La publicación contiene material muy interesante sobre la normativa actual de tutela del trabajador con discapacidad y la promoción de su inserción a la actividad laboral.
Contribuyeron a la publicación los colegas Adriana Lopez, Carolina Panizza, Nataly Rodríguez, José Iglesias, Marcelo Vigo y el autor de este blog.
Al evento, en el que participó, la Dra. María José Bagnato ( Directora de Pronadis), puede expresar en representación del equipo de relaciones laborales algunas consideraciones e ideas, fruto de nuestra investigación, que aquì resumo:
            El trabajo como inclusión: Hoy el trabajo no significa solo la posibilidad de obtener una renta (salario, sueldo, honorarios), sino también es el principal mecanismo de inclusión social. Como expresaba un destacado profesor de la Universidad de Bologna, Umberto Romagnoli, quien no trabaja, no es. A la persona desempleada le es negado el derecho a ver reconocida una identidad laboral, que es hoy en día la más importante de todas las “identidades”.
            Inserción social: El trabajo es el vehículo de inserción en la sociedad y todos tenemos que ver reconocido el derecho al empleo, que es un derecho humano fundamental. Pero no cualquier empleo, sino un empleo decente, digno. En tal sentido la discapacidad significa una dificultad mayor de inserción en el trabajo, que plantea la necesidad de construir una educación/formación y un contexto laboral que reconozca a las personas con discapacidad ese derecho humano al trabajo, que muchas veces le es negado. Es necesario promover una sociedad civil con normas más justas y distributivas del trabajo, para incluir aquellos colectivos que no gozan plenamente de su derecho al empleo.
            El contexto y las barreras: Cuando hablamos de discapacidad, no solo pensamos en limitaciones de las funciones físicas y mentales de un individuo, sino también observamos necesariamente un contexto social y cultural, que levanta barreras a la inserción en el empleo. Si por un lado la discapacidad constituye una dificultad para la persona que busca trabajo, también es cierto que esa dificultad podría atenuarse o simplemente desaparecer ante una sociedad atenta y sensible en la interacción con las personas con discapacidad.
            Por lo tanto no es solo necesario promover mejores condiciones de acceso al trabajo para este colectivo, sino que paralelamente desde el Estado, las instituciones privadas, las organizaciones sindicales se construya una “cultura” de inclusión al empleo – es definitiva, al sistema de relaciones laborales de las personas con discapacidad.
            Importancia de la formación profesional: Examinada la discapacidad como una realidad que es consecuencia no solo de una cuestión de salud física-mental, sino de barrera de la sociedad que alejan a las persona con discapacidad de su inserción laboral, debe consignarse que la formación profesional es un vehículo indispensable para la inserción en el empleo. Entendemos por formación profesional toda forma de aprendizaje que prepare al individual para la realización de un trabajo.
            La formación profesional eleva las posibilidades de empleo, pero para ello es también necesario construir políticas de apoyo a la formación, que aseguren la inserción laboral de las personas con discapacidad, en el marco de una justa política de distribución del trabajo.
            Principios de las políticas inclusivas: consideramos que las políticas inclusivas de las personas con discapacidad deberán en el ámbito de las relaciones laborales ejecutar serie de principio que garanticen los derechos del trabajador con discapacidad. Entre ellos, señalamos:
·                    El respecto de la dignidad del trabajador con discapacidad;
·                    Derecho a la información, orientación vocacional y formación;
·                    Derecho a desarrollar posibilidades de autoempleo;
·                    Desarrollo de programas de inserción profesional;
·                    La no discriminación;
·                    El respeto de la diferencias y la aceptación de las personas;
·                    El acceso al lugar de trabajo (transporte, instalaciones del lugar de trabajo, etc.);
·                    La igualdad de oportunidades de género; 
·                    Derecho a la certificación de competencias;
            El rol de los actores sociales: Uno de los desafíos en este tema es la necesidad de promover en los actores sociales la conciencia de la importancia de su participación en una política de inclusión de las personas con discapacidad. Las políticas inclusivas de este colectivo de potenciales trabajadores, no solo requiere de normas, sino también del apoyo de instituciones vinculadas al trabajo. Estas políticas para ser eficaces, requieren del consenso de los actores sociales, expresados a través de la negociación bipartita y la concertación tripartita. Imaginamos un sistema de relaciones laborales, en el que las empresas y las organizaciones sindicales no negocien solo ventajas para su afiliados, sino también espacios de inclusión para colectivos discriminados, como es el caso de las personas con discapacidad.

            A modo de conclusión, expresamos que no son las normas o solo las normas las que  abren los espacios de inclusión a las personas con discapacidad. Es necesario coordinar los proyectos de inserción laboral de instituciones públicas y privadas, laicas y religiosas, nacionales y extranjeras (generalmente ONG), involucrando en todos los casos a los principales actores laborales (empresas y sindicatos) para una efectiva inserción laboral de las personas con discapacidad.

 

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