martes, 26 de julio de 2016

MIRANDO AL FUTURO: EL TRABAJO TRANSHUMANO



            Los avances de la inteligencia artificial son asombrosos. No siempre es sencillo entenderlos, pero un ejemplo reciente me ha llamado la atención: Lee Sedol, campeón mundial de Go, un juego asiático milenario, perdió 3 a 0 contra una computadora. Lee Sedol, que en su país, Corea del Sur, es toda una celebridad – informa el diario Clarin - ganó 47 torneos invicto, incluyendo 18 trofeos internacionales y se lo conoce como “el Roger Federer del Go”. El “Go” no es cualquier juego: sus estrategias dependen también de la intuición y las emociones del jugador. La máquina Alpha Go es capaz de analizar  unos 30 millones de movimientos y evalúa patrones que pueden marcar una buena o mala jugada. Su victoria fue contundente.
            La noticia me impacta y obliga a leer más sobre la llamada inteligencia artificial. ¿Es posible que una máquina además de obrar con inteligencia, pueda manejar emociones e intuiciones humana? ¿Las perspectivas del trabajador del futuro (de un futuro cada vez más cercano) será trabajar en forma subordinada para una máquina? ¿Cuáles vínculos contractuales se establecerán entre el empleador mecánico y el trabajador humano?




Pero vayamos por partes: ¿Què es la inteligencia artificial?
            El teórico Nils Nillson nos indica que cuatro son los pilares básicos en los que se apoya la inteligencia artificial:
            a) Búsqueda del datos que permitan optar entre todas las acciones posibles
            b) Algoritmos genéticos (análogos al proceso de evolución de las cadenas de ADN).
            c) Redes neuronales artificiales (análogo al funcionamiento físico del cerebro de animales y humanos)
            d) Razonamiento mediante una lógica formal análogo al pensamiento abstracto humano.
            Nillson agrega que la inteligencia artificial tiene sensaciones, percepciones y a partir de ellas actúa: Esas sensaciones y percepciones son obtenidas por sensores físicos y sensores mecánicos en máquinas, pulsos eléctricos u ópticos en computadoras, a través  deentradas y salidas de bits de un software y su entorno software.
            Las palabras del experto me preocupan, pero también me confunden. Entiendo poco. Lo que sí logro deducir es que la inteligencia artificial del futuro estará alimentada por millones de datos, que permitirán a los algoritmos elegir la opción estratégicamente más racional en cualquier proceso (médico, financiero, laboral, etc).     Lo que define la inteligencia artificial de las comunes tecnologías de la información y la comunicación, es que ella será capaz en base a la información acumulada, tomar decisiones precisas. No será ya el médico que decida como y cuando operar, sino que será la máquina quien dará las instrucciones al profesional, para que su intervención tenga las mayores probabilidades de éxito.
            Leo en el periódico digital La Vanguardia Cultural: “El expero Ray Kurzweil, expresa que en el año 2040 emergerá la singularidad, una nueva especie producida por la fusión del ser humano con la tecnología. Kurzweil no es un escritor de novelas de ciencia ficción, sino el director de investigaciones de Google. Un peso pesado. Cada vez se habla mas de transhumanismo. Luc Ferry, un conocido intelectual francés, ex ministro de educación, acaba de publicar un voluminoso libro con ese título. El núcleo del transhumanismo es la “ampliación de la naturaleza humana” en su aspecto biológico y su aspecto intelectual. La Inteligencia Artificial es la gran protagonista. Hemos entrado en la era de los algoritmos perfectos”.
            La pregunta obvia es como nos prepararnos para esta nueva etapa de la humanidad; como educar y para que; como sobrevivir a la máquina y no volverse dependientes de sus procesos.
            El gran desafío del hombre es rescatarse, al rescatar tus valores, sus competencias, su empatía con los demás seres humanos. Pero para ellos deberemos implementar tácticas de supervivencia, cambiar nuestro paradigma educativo construido en función del industrialismo clásico; volvernos socios de un futuro que aunque no logramos entender plenamente, podrá también producir bienes, servicios, curas médicas, entretenimientos, opciones  que mejoren nuestras vidas.
            Es cierto que la máquina artificial podrá darnos órdenes, pero también es cierto que detrás de esa máquina seguirá existiendo la mano del hombre que la construye y la dota de poder.
            Lo peor es quedarse sentado, ser fatalista, imaginar que los que leemos y escribimos es temas para otra gente y otros países. Los algoritmos están alcanzando las relaciones laborales y  pretendemos entenderlos leyendo el manual de Frederick Taylor del año 1915.
            Mientras elaboramos asignaturas con la mira puesta a lo tradicional, ¿porque no promover talleres, estudios, investigaciones, que nos permitan mirar de pié hacia los cambios laborales  que se avecinan?      

jueves, 14 de julio de 2016

II ENCUENTRO CHILENO-PERUANO-URUGUAYO DE DERECHO DEL TRABAJO

II ENCUENTRO CHILENO-PERUANO-URUGUAYO
DE DERECHO DEL TRABAJO Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Homenaje al Prof. Mario Pasco Cosmópolis
29 y 30 de julio de 2016
Montevideo

Viernes 29 de julio (17:30 a 20:30): Salón 26 de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República 
TEMA I: NUEVAS TENDENCIAS DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Ponentes: Hugo Cifuentes Lillo (CHI) – Alvaro Rodríguez Azcúe (URU) –Leopoldo Gamarra Vilchez y Alvaro Vidal Bermúdez (PER) 
  
Sábado 30 de julio (9:30 a 12:30): Hotel Embajador (San José 1212) 
TEMA II: MEDIOS DE SOLUCIÓN DE CONFLICTOS COLECTIVOS
Ponentes: Rodrigo Palomo Vélez (CHI) – Mario Garmendia Arigón (URU) - Raúl Saco Barrios (PER)

Sábado 30 de julio (14:30 a 17:30): Hotel Embajador (San José 1212) 
MESA REDONDA EN HOMENAJE A MARIO PASCO COSMÓPOLIS
Ponentes: Emilio Morgado Valenzuela (CHI) – Juan Raso Delgue (URU) – Adolfo Ciudad Reynaud (PER)

PLAZO PARA EL ENVÍO DE PONENCIAS VOLUNTARIAS: 15 de julio (enviar a audtss@gmail.com)

INSCRIPCIONES:
Socios de la AUDTSS $ 1.000
No socios $ 1.500
Las inscripciones podrán realizarse mediante depósito en cuenta 2507361400 en Scotiabank a nombre de AUDTSS debiendo confirmar la inscripción mediante correo electrónico enviado a audtss@gmail.com

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Asociación Uruguaya de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.
Colonia 922, apto. 505, Montevideo - Uruguay
CP: 11.000
Correo Electrónico: audtss@gmail.com
Página Web: www.audtss.com.uy

jueves, 7 de julio de 2016

VOLVER AL FUTURO: EL RETORNO DEL ARTESANO



            Entre los problemas más complejos que deberán resolver el Derecho del Trabajo y las Relaciones Laborales en los próximos años, será como acompañar cambios extraordinarios de los modos de producción, sin permitir que estos impliquen el crecimiento del desempleo, la informalidad  y la pobreza.
            El tema es tan complejo, que nadie tiene certezas absolutas sobre la evolución de las tecnologías y sus consecuencias sobre el trabajo. Lo que me parece claro es que vivimos la etapa de la decadencia del modelo de fábrica y de trabajador subordinado y asalariado, que caracterizó los últimos dos siglo y medio. Sobre esta idea – la temporalidad del trabajo subordinado y la fábrica – ya reflexionaba hace quince años en la primera edición de “La Contratación Atípica” y concluía que, así como el trabajo asalariado tuvo una fecha de nacimiento (mediados del siglo XVIII), nadie podía excluir su decadencia y fin: “cada forma de trabajo – escribía - tuvo su génesis, su organización, su desarrollo y su decadencia”.
            Coincidentemente con estas reflexiones, aunque desde una perspectiva más vinculada a las tecnologías, escribe Juan Grompone (ingeniero y novelista muy conocido) en el prólogo del excelente libro “Disrupción, Economía compartida y Derecho”, que bajo la coordinación del colega Gustavo Gauthier, ha sido presentado días pasados al público (y por supuesto recomiendo su adquisición).
            Grompone escribe: “En la nueva organización de la sociedad aparecen al menos dos nuevos tipos de trabajadores: los teletrabajadores, que trabajan a distancia para una organización distante y virtual; y los trabajadores independientes, propietarios de sus medios de producción, que no pueden ser asimilados a empresarios, porque no emplean asalariados, nos son asalariados y tampoco son profesionales liberales” Agrega que las nociones de fábrica, empresario o asalariado entrarán progresivamente en crisis.

La afirmación de Grompone me dispara una imagen: estamos regresando al trabajo del artesano – o locatio operis, expresión de la antigua Roma – quien ofrece en el mercado el fruto de su trabajo (bien o servicio) a cambio de un precio (asumiendo todos los riesgos de su producción). La única diferencia es que el artesano del futuro no manejará un pequeño telar o no moldeará vajillas para venderlas en el mercado, sino que trabajará en su laptop y con su celular para vender otra clase de bienes y servicios.


El regreso del artesano – cybernético, pero artesano al fin - ¿significará un avance o un retroceso? No tengo idea; pero tampoco tengo dudas que se producirá el cambio, sin posibilidad de resistirlo. Tampoco ello quiere decir que pasaremos a formas de trabajo de calidad inferior al trabajo asalariado. Todo dependerá en gran medida de la calidad del servicio o producto que el nuevo trabajador independiente ofrecerá en el mercado. Su precariedad o su éxito dependerán más de la forma como logró construir su profesionalidad y de su atención al contexto en el que actuará. Habrá trabajo artesanal/virtual requerido y premiado en el mercado, y trabajo precario y pobre, como siempre lo ha habido en la historia de la humanidad.
            En esta línea, nuevas preguntas se despliegan en mis reflexiones: ¿como se organizará el trabajo autónomo del futuro? ¿Existirán sindicatos que reúnan a trabajadores independientes en función de su profesionalidad, como los hacían las Corporaciones del Renacimiento? ¿La seguridad social estará preparada para trabajos que puedan más fácilmente eludirla? ¿Será posible construir solidaridades a la distancia? ¿Qué de la cuestión de la salud laboral?
            Considero que no debemos oscilar entre el pesimismo y el optimismo, sino entender que los cambios inevitablemente llegan: el tren (o tren-bala de la modernidad) parará en pocas estaciones y solo los más preparados subirán a él. Para ello el más grande de los desafíos es construirla propia empleabilidad: entender hacia donde apuntan las exigencias del mercado, desarrollar aptitudes requeridas por los usuarios de productos y servicios, avanzar a la rapidez de los cambios tecnológicos: no habrá lugar para los artesanos no adecuadamente tecnificados. Estas afirmaciones podrán parecer duras, pero más duro será el futuro, ni no lo prevenimos.

Hay un contraste significativo entre la primera y la segunda película de “Volver al Futuro”. En “Volver al futuro 1”, el protagonista vuelve al pasado para cambiar el presente; en “Volver al futuro 2” viaja al futuro, para entender el presente. Creo que es ésta segunda película la que nos permitirá sobrevivir. Debemos entender hoy como será el futuro, para no dejarnos arrastrar por las incógnitas que nos esperan.