domingo, 9 de octubre de 2016

¿Que es la Industria 4.0?



La expresión “Industria 4.0” nace en Europa – más precisamente en Alemania - para indicar procesos productivos, en los que se mezclan la robótica avanzada, la acumulación de datos, los Cyber-Physics Systems (CPS) y el trabajo humano, con especial referencia a la industria manufacturares.  Aclaremos que por “CPS” entendemos procesos productivos, en que se integra la alta tecnología con actividades humanas: ejemplo de ellos son dispositivos médicos tecnificados, métodos de control de tráfico y seguridad, sistemas automotores avanzados; procesos de conservación de energía o control ambiental, control de infraestructuras críticas (electricidad, recursos naturales, sistemas de comunicaciones); trabajos robóticos (telemedicina), sistemas de defensa, etc. (cfr. SEGHEZZI, F.).
            Al. referirnos a la expresión “4.0”, estamos indicando una nueva etapa en el desarrollo de la evolución de la Web. El concepto de Web 1.0 se refiere a los sitios que tradicionalmente visitamos en Internet: “google” es expresión de esta etapa. La expresión Web 2.0  comprende aquellos sitios web que facilitan el compartir información y la interface con otros usuarios: este blog es precisamente un ejemplo de la Web 2.0. El término Web 3.0 hace referencia a la evolución del uso e interacción en la red, que ha desembocado en una auténtica web semántica o web de datos creada por los usuarios. Los grandes bancos de datos son ejemplo de esta tercera fase de la Web.
            La nueva locución "Web 4.0" (también llamada “web cerebral”) es expresión de una inteligencia colectiva, cuya principal particularidad es la de fusionar el mundo virtual y el mundo real. En esta nueva fase tecnológica nace un nuevo modelo de interacción con los usuarios, en el que las computadoras tendrán la potencia de procesar información más amplia que la de un cerebro humano.
            Los usuarios – es decir, nosotros – tendremos la posibilidad de estar presentes en todos los entramados sociales imaginables, aportando o recibiendo soluciones a nuestros problemas. Ya no será un cirujano el que decidirá el modo mejor de operar un tumor, sino que será la máquina (alimentada por millones de datos estadísticos) que indicará al cirujano como obrar ante determinada intervención quirúrgica.
 ¿Como afectará este nuevo avance tecnológico a las relaciones laborales? Evidentemente muchos de los tradicionales paradigmas del trabajo mutarán: la espacialidad y la temporalidad serán sustituidas por trabajos “a-espaciales” y “a-temporales”. Ello implicará una flexibilidad notable de los modos de trabajo tradicionales y la pregunta recurrente es si ello será bueno o malo. No pretendo tener los conocimientos para dar respuestas exhaustivas, pero intuyo por simple uso de razón que los que se prepararán para esta nueva fase de la producción sufrirá menos daños o podrán aspirar a mayores beneficios, que aquellos que imaginen las relaciones laborales detenidas en el tiempo.

            Así lo expresa el investigador italiano Francesco Seghezzi: El modelo del trabajador típico con funciones estandarizadas y rutinarias será marginal y destinado a ser sustituido en larga medida por la automatización. La nueva figura del trabajador estará caracterizada por elevadas competencias construidas a través de recorridos formativos individualizados en funciones específicas adaptadas a las empresas de la Industria 4.0.
            En mi aporte a las próximas XXVII Jornadas de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, expreso por mi parte: “Lo que pretendo transmitir – y espero no ser considerado un hereje - es que la realidad laboral está mutando. Los propios paradigmas del contrato de trabajo típico ceden ante las nuevas posibilidades de trabajo. La idea de la espacialidad y la temporalidad que rodeaban la fábrica y el tiempo de trabajo, son sustituidas cada vez con más fuerza por un modelo “aespacial” y “atemporal”, en que desaparece el lugar de trabajo y los tiempos fijos de labor. En mi concepto existe una tendencia en la doctrina del Derecho del trabajo actual de intentar comprimir las nuevas dimensiones del trabajo en viejos moldes industrialistas, con la esperanza que el “pasado” pueda dominar el “futuro”. Sin buscar ejemplos rebuscados, me parece que el chofer de UBER es la paradigmática definición de un trabajador que ha perdido vinculación con la fábrica y con el tiempo de trabajo, y sin embargo trabaja, necesita tutelas, procura ser dueño de sí mismo, aunque trabaje para otro”.
            Como ha expresado hace pocos días Tiziano Treu, Presidente de la Asociación Internacional del Derecho del Trabajo, “no estamos ante una época de cambios, sino ante un cambio de época”.

Para aclarar más sobre la Industria 4.0, agrego este documento elaborado en España por la empresa Siemens

El caso Siemens España