martes, 19 de mayo de 2020

EL RECHAZO AL TELETRABAJO PERMANENTE


Hace dos semanas comentábamos las virtudes y los problemas originados por el teletrabajo, indicando que la realización de las tareas a distancia tiene sus luces y sus sombras. Si podía ser una forma oportuna para reducir la presencia semanal en la empresa (por ejemplo, trabajando 4 días en la oficina y uno en la casa), el trabajo a distancia permanente generaba complejidades, con relación en especial a la vida familiar y al aislamiento de los compañeros de trabajo y la vida ciudadana.
Nuestras afirmaciones, más intuitivas que fruto de una investigación, reciben confirmación a partir de una estadística de la empresa Contract Worplaces, publicada recientemente en el Diario El País (11 de mayo, Sección “Negocios”, pag. 5). La Consultora, que tiene filiales en los principales países de América latina ha realizado una encuesta a nivel regional para medir el grado de aceptación del teletrabajo entre los teletrabajadores encuestados.
Los resultados sorprenden y van aún más allá de nuestras previsiones. El informe indica que solo un 7% de los empleados encuestados optaría por seguir con su labor en forma permanente desde casa. Ese valor promedio a nivel regional, se reduce al 4% en nuestro país. Es decir que una ínfima parte de nuestros actuales teletrabajadores (que deben realizar sus tareas desde casa con motivo de la emergencia sanitaria) consideran buena esta modalidad laboral.
Los motivos que invocan son similares a los que consignábamos unos días antes en nuestro blog:
a) La falta de calidad ambiental, es decir no poder contar con un espacio específico donde exista el mobiliario, la luz, la temperatura y las condiciones de seguridad adecuados:
b) La ausencia de calidad de los equipos y la conectividad, es decir el bajo nivel tecnológico del que disponen;
c) El impacto sobre el temperamento de la persona, que influirá en su capacidad para programar las tareas y las rutinas diarias.
Pero también sorprende que solo un 14% de los uruguayos quiere trabajar solo en la oficina. Entre esos dos porcentajes está el 77 % de los encuestados (el 2% restante no opina), a los  que le gustaría tener flexibilidad para alternar el trabajo en la oficina y el trabajo en la caso.
Estos datos nos reafirman en nuestras conclusiones: existe un teletrabajo bueno (aquél que permite alternar la vida de oficina con la vida de casa) y otro malo (el que segrega a los teletrabajadores al aislamiento y a la precarización).
Por lo tanto, atención a la hora de regular el teletrabajo al igual que cualquier otro trabajo. Lo que puede ser bueno en determinadas circunstancias, termina volviéndose una sombra muy oscura en otras.

2 comentarios:

  1. Parabéns, estimado Raso! Sempre completo, cirúrgico e preciso. Abraço, desde o Rio de Janeiro, Lima Teixeira

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