domingo, 14 de octubre de 2018

Gracias, muchas gracias!


Compañeras y compañeros,
no puedo comenzar el disfrute de este domingo de sol, si agradecer a todos los que hicieron el milagro de la realización de un evento como el 2° Congreso Mundial de Cielo, que nació humilde y desfinanciado y que fue creciendo en intensidad gracias al aporte de todos.
En otro momento podremos evaluar los bueno y lo menos buenos del evento, pero - y en eso llamo a respaldarme a los compañeros que fuimos a Turin - no fue en organización, en interés, en posibilidades de intercambio un evento de menor relieve que el de Turín, al que apostábamos más en comparación con nuestro congreso vernáculo.
Hoy solo quiero agradecer. Quiero agradecer a mis colegas profesores titulares que estuvieron en todo momento presentes en la cancha y apoyando: ese es un signo importante para mostrar a los extranjeros que - en el bien y en el mal  - seguimos siendo un movimiento laboralista compacto y fuerte.
Un gracias también especial a todos los docentes, aspirantes y posgradistas, que olvidando su jerarquía se ofrecieron para apoyar en todo, desde permitir que los cañones mágicamente funcionaran, a que no faltara una botellita de agua. Eso es militancia, eso es lo que nos hace distintos: podemos jugar en las grandes ligas, pero somos soldados cuando la necesidad lo requiere.
Un gracias de corazón a los compañeros de relacionales laborales que se integraron con nosotros y que ya forman parte de nuestra realidad nacional. A ellos les digo que siempre estaremos presentes cuando lo requieran.


Un gracias, un gracias extraordinario a nuestra Facultad, que ha sido y es el espacio de vida de todos nosotros. Una facultad que asombrosamente se vistió de una belleza que nunca había visto. Me enorgullece más que nunca decir a los extranjeros: “es mi Facultad”.
Y esa Facultad se vistió de belleza y de eficiencia, porque hubo un cuerpo de colaboradores desde la Bedelía,  a la sección de Cursos, los Medios Técnicos, la Intendencia, el sector informático (y disculpen si olvido a alguien), que literalmente “se mataron” para que todo saliera bien. Un detalle anedóctico: en un momento y ante una presentación muy importante, no pudimos alinear el pen drive traido por el ponente y la compu; entonces una compañera de Medios Técnicos sacó su computadora personal y nos la entregó a pura confianza, salvando la presentación, que era de las más importantes.
Y finalmente un agradecimiento más íntimo a los que me acompañaron de cerca a lo largo de estos meses como Mariana Mendy, Gerardo Cedrola y Alejandro Castello, con la colaboración de Karina Pagés y Daniela Garcia.
A Sandra, en compensación por el stress que tuvo que vivir a mi lado en estos meses, el último gracias, con nuestro saludo a todos desde nuestro campo de batalla.
                                       (Foto de Amalia De la Riva - Derechos reservados)

Gracias, muchas gracias!

Raso


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