domingo, 2 de agosto de 2015

IZQUIERDA KEYNESIANA: ¿UN OXIMORON?



Cuando yo era estudiante (me refiero a la época tumultuosa de fines de los ’60 y comienzo de los 70), se era marxista o antimarxista. No había matices. Recuerdo que en la asignatura Economía Política, el programa tenía una breve referencia a Keynes, pero todos nos rifábamos ese punto, porque a ningún profesor se le ocurría preguntar sobre ese señor.
            Fue en oportunidad de preparar mi tesis sobre el desempleo (1982), que me acerqué a este economista, que me fascinó y desde entonces no dudo en considerarme un “keynesiano”. En aquellos tiempos hablar de “izquierda keynesiana” hubiera sido un oxímoron, es decir la conjunción de dos palabras o conceptos opuestos, como decir “un silencio atronador”, “secreto a voces” o “baja altitud”.
            Hoy, en tiempos de crisis de las ideologías (no se pierdan de ver en teatro “Marx in Soho” interpretado magistralmente por César Troncoso y entenderán mejor), las ideas del economista británico recobran importancia. En su "Teoría  General del Empleo, el Interés y la Moneda", John Maynard Keynes expresaba que el ingreso total de la sociedad es igual a la suma del consumo y la inversión. En época de crisis se producen situaciones de desempleo y de capacidad productiva ociosa, y para revertir la situación hay que aumentar necesariamente el empleo, lo cual se traduce en un mayor ingreso total de la población. Una de las medidas necesarias para Keynes es la de incrementar el gasto público, porque ello genera consumo. El economista siempre defendió las políticas económicas públicas para estimular la demanda en tiempos de crisis. A tal punto cualquier solución era buena para Keynes para sustentar el consumo, que – se cuenta - que un día el Presidente Roosevelt lo llamó para pedirle consejo sobre como enfrentar la terrible crisis que atravesaba el país. Keynes - dicen - le aconsejó contratar obreros para abrir hoyos en los jardines de la Casa Blanca. Roosevelt se sorprendió y le preguntó el motivo de ello. Y Keynes contestó: para que al día siguiente usted contrate a otros trabajadores que taparán esos agujeros. No importan los agujeros, lo que importa es que haya gente que trabaje y reciba un salario, para poder adquirir comida, zapatos, ropa. Todo ello servirá para sostener la economía.


            Por tal motivo celebro el anuncio del Presidente Vázquez de la pasada semana, expresando que el gobierno invertirá US$ 12.000 millones en obras de infraestructura durante los cinco años de gobierno. Estamos en época de crisis y a ningún economista – salvo a mi valorado Keynes – se le ocurriría apostar a un aumento del gasto y de producción.

            Invertir en obras es crear trabajo: y ello significa reforzar la demanda. Los trabajadores no envían sus salarios a Suiza, sino lo gastan en el almacén (... o en el supermercado). El salario es un flujo de dinero que inmediatamente reingresa en el circuito del sistema económico de un país, con lo cual no solo beneficia a los sectores más pobres de la población, sino que activa un principio multiplicador que alcanza a toda la ciudadanía y en especial a la industria y al comercio. Los empresarios – muchas veces concentrados en la reducida realidad de la propia empresa - resisten las actualizaciones salariales, sin considerar que mayores salarios a escala nacional se traducen en un aumento del consumo y por lo tanto en mayores oportunidades de venta de sus bienes y servicios.
            La izquierda uruguaya está buscando combinar “reglas de mercado” (en un mundo global consideramos insostenible apartarse de una economía de mercado) con reglas “anti-mercado”, es decir reglas que atemperen los efectos negativos de un mercado librado exclusivamente a sus propias reglas, permitiendo así una ponderada participación de todos los sectores de la sociedad a los beneficios del desarrollo económico. Esto no es ni más ni menos que reconocer que Keynes fue no solo un gran economista, sino fundamentalmente un economista... sensato.

4 comentarios:

  1. Excelente! Sus artículos siempre son muy interesantes y los valoro muchísimo. Comparto además, su gusto por Petros Markaris,

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  2. Lo que pasa con Keynes es que sus ideas se han vuelto parte del saber general, con el peligro de vulgarizar el conocimientos por el aportados. Llamativamente nadie habla de Leon Walras el verdadero fundador teórico del neo liberal creador del modelo del equilibro o modelo walrasiano. Debemos recordar que una de las obras de Keines se llamo “The end of Laissez-faire”, sin embargo se le atribuye popularmente una impronta contraria a lo que el verdaderamente sostuvo en sustancia, quizás por los lugares donde desarrollo su actividad. La pregunta es ¿existirá otro keines que salve al capitalismos de nuevas crisis que se avecinan?

    Saludos

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  3. Profesor excelente reflexion, fantástico el personaje de keynes, a lo largo de la carrera siempre lo mencionamos, gracias por compartir !

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  4. "IZQUIERDA KEYNESIANA: ¿UN OXIMORÓN?" Muy buena reflexión!

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