jueves, 10 de septiembre de 2015

EL EMPLEO ASALARIADO: ¿UNA ESPECIE EN EXTINCIÓN?



Muchos creen que  el trabajo subordinado, tal cual hoy lo conocemos, caracterizó todas las épocas de la humanidad. No es así. Es más, el trabajo asalariado – comparativamente – es reciente: nació con el maquinismo de Watt a fines del siglo XVIII, se desarrolló y llegó a su plenitud a mitad del siglo XX. Como toda realidad vital, nació, se desarrolló  y hoy ha comenzado su período de decandencia. ¿Ha cumplido su ciclo? ¿Está en vía de extinción?  ¿Otras formas de trabajo caracterizará la segunda mitad del siglo XXI?
            La voz de alarma no la damos nosotros, sino nada menos que el Director General de la OIT, Guy Ryder, quien fuera Secretario General de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) de 2002 a 2006 y Secretario General de la Confederación Sindical Internacional (CSI) de 2006 a 2010. Ryder alerta sobre las mutaciones del trabajo. En su Informe General sobre las “Perspectivas sociales y del empleo en el Mundo 2015” se  pregunta ¿qué está cambiando el mundo del trabajo? Los contratos subordinados permanentes, ¿son la norma o la excepción?


Un dato indica la situación actual: sólo una cuarta parte de los trabajadores del mundo tiene una relación de empleo estable, las otras tres cuartas partes de los trabajadores están empleados ya sea con contratos temporales o a corto plazo, en empleos informales con frecuencia sin ningún contrato, como cuentapropistas o en empresas familiares sin remuneración. Otros datos marcan el ocaso del trabajo subordinado típico: “más de 60 por ciento de todos los trabajadores carece de cualquier tipo de contrato de trabajo; la mayoría de ellos están empleados en trabajos por cuenta propia o como trabajadores familiares auxiliares en el mundo en desarrollo. Sin embargo, aún entre los trabajadores asalariados, menos de la mitad (42 por ciento) tiene un contrato permanente”.
            Otra tendencia actual es el incremento del trabajo a tiempo parcial, sobre todo entre las mujeres jóvenes. En la mayoría de los países con información disponible, los empleos a tiempo parcial crecieron con mayor rapidez que los empleos a tiempo completo entre 2009 y 2013.
            “Estos nuevos datos – declara Guy Ryder - indican un mundo de trabajo cada vez más diversificado. En algunos casos, las formas atípicas de empleo pueden ayudar a las personas a ingresar en el mercado laboral. Pero estas tendencias emergentes son también el reflejo de la inseguridad generalizada que afecta a muchos trabajadores en el mundo hoy día”. Y agrega: “El camino a seguir es garantizar que las políticas tomen en cuenta la evolución de la manera en que trabajamos en la actualidad."
            La afirmación no la realiza un empresario que desea que el trabajo atípico siga cursos diferentes al trabajo subordinado. La efectúa el Director General de la OIT, quien ha sido un importante dirigente sindical a nivel mundial.
            El punto central no es desregularizar la prestación de trabajo para otros, sino regularla de conformidad con las mutaciones y los cambios en que se ejecuta el mismo.
“La cuestión fundamental es concordar la regulación con un mercado laboral cada vez más diversificado”, declaró por su parte  Raymond Torres, Director del Departamento de Investigación de la OIT y principal co-autor del informe. “Las regulaciones bien concebidas pueden apoyar tanto el crecimiento económico como la cohesión social”.


El modelo histórico de trabajador subordinado se diluye. Pero no es uniforme el “nuevo trabajo”. El espectro de nuevos vínculos laborales es amplio. Por un lado existe una amplia explotación de trabajadores con mínima formación y que viven en situaciones de trabajo “negro”; por otro una gran masa de trabajadores autónomos o semiautónomos que dependen de una sola empresa, y finalmente los “nuevos trabajadores" que apoyados en las tecnologías y la nueva “cultura” individualista representan una nueva “clase”.

Estos últimos, generalmente jóvenes, – apoyados precisamente en las tecnologías - procuran mayor libertad personal (no están obligados a horarios y lugares fijos) y una mayor retribución. Este “nuevo trabajador” posee  una especial autonomía funcional (flexibilidad horaria, indeterminación del lugar de trabajo, independencia técnica), que lo distancia de la vieja figura del trabajado industrial (subordinado técnica y jurídicamente a una compleja y rígida estructura empresarial).
            Hoy conviven diferentes tipos de organización empresarial y diferentes tipos de trabajadores. ¿Como regular formas de trabajo tan disímiles? ¿debemos ser fieles a un derecho del trabajo único para regular lo que ha sido su objetivo tradicional, el trabajo subordinado típico? O ¿debe aceptarse la realidad de un mercado de trabajo fragmentado y buscar respuestas jurídicas diferentes a partir de esa diferencialidad, como acontece en Europa?
            Montoya Melgar, relevante juslaboralista español, expresa: “la idea (tan grata a la razón y al sistema) de un Derecho del Trabajo común y único para todo tipo de actividad laboral, choca frontalmente con la pluralidad de modalidades de trabajo y con la diversidad de tratamientos que esas modalidades requieren“.
            Las preguntas son para todos quienes estamos comprometidos con las relaciones laborales, pretendiendo tutelas adecuadas para todos.
            Un tema a pensar, discutir y seguir...

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