martes, 30 de junio de 2015

CON EL AGUA AL CUELLO


                 



Los que me conocen, saben que me apasiona leer. De todo; pero especialmente la ficción, porque nada como la buena ficción explica en forma clara la realidad. También leo novelas policiales, siempre que tengan el voltaje para elevarse a buena literatura. Mis autores preferidos son Henning Mankell con su Inspector Wallander, Andrea Camilleri con su Comisario Montalbano y Petros Márkaris con el Comisario Jaritos.
 En el 2012 compré en España el libro “Con el agua al cuello”, un policial de Márkaris, con una historia extraña que se desarrolla en Atenas: el protagonista es un asesino serial que no mata a personas indefensas, ¡sino a banqueros y financistas! La historia se desarrolla en julio de 2010, ese mismo mes en que el seleccionado uruguayo nos daría tantas satisfacciones en Sudáfrica. Mientras escribo esta historia, miro la tapa a mi lado.



El libro – más allá de anécdota policial – fue para mí una verdadera introducción para entender la crisis griega, la crisis de un pueblo que el domingo próximo votará su futuro; la crisis de una nación que recuerda tantas crisis latinoamericanas. El drama griego no nos es ajeno; conocemos el tema.
 
Extraigo del libro la contestación que el Sr. De Moor – funcionario ficticio de la agencia de calificación Wallace and Cheney - da a una periodista, que le pregunta “¿Cree que Grecia se salvará?”
   - No es fácil contestar a esto. Verá, Grecia es como una piedra que cae en el agua: mientras se hunde genera ondas. La primera onda abarca a los países del sur de Europa. Si éstos no se hunden también, Grecia tendrá más probabilidades de salvarse. La segunda onda, más amplia que la primera, abarca a Europa entera, que tiene una moneda común, pero carece de una política económica general y se rige por políticas nacionales diferentes y contradictorias... En Europa, como en Grecia solo existen grupos e intereses en conflicto, aunque utilicen la misma moneda,. En consecuencia, corren el riesgo de cobrar todos en la misma moneda: la bancarrota”.

Un economista no lo podía explicar en forma tan clara como Petros Márkaris.
Grecia hoy está realmente con el agua al cuello. Pero - ¡atención! esa piedra que De Moor veía caer en el mar, puede transformarse en un proyectil contra la política monetaria europea.
El domingo 5 de julio los griegos deberán responder “sí” o “no” a la siguiente pregunta: "Debe ser aceptado el plan que fue propuesto por la Comisión Europea, el banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internaiconal?”
            Seguramente Petros Márkaris y su Comisario Jaritos votarán “no”

            Concluyo este comentario adjuntando un enlace a una página del País de Madrid que da cuenta que los Premios Nobel de Economía, Paul Krugman y Joseph Stiglitz apoyan votar el  “no” el domingo próximo en el referéndum griego.




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