jueves, 8 de mayo de 2025

Leon XIV: una inevitable referencia a la Encíclica Rerum Novarum

Para los laboralistas – quienes nos consideramos de cultura cristiana o no – el nombre del nuevo Papa,  Leon XIV, no es un nombre neutro: nos recuerda al gran Papa Leon XIII, quien pasaría a la historia por ser el autor de la Encícliva “Rereum Novarum” (De las cosas nuevas), la primera gran respuesta de la Iglesia a la explotación industrial del siglo XIX:

            Al hablar de las transformaciones del trabajo con especial referencia al siglo XIX, escribí en momentos de analizar las transformaciones del trabajo: “Frente al fracaso de las protestas contra la explotación obrera, fueron adquiriendo fuerza nuevas ideologías (marxismo, anarco-sindicalismo), que preconizaban la caída del capitalismo, víctima de sus contradicciones internas y del desarrollo de la lucha obrera. También aparecieron posiciones radicales pero que tuvieron un gran impacto en la historia industrial, como la expresada en el pensamiento cristiano, recogido con gran fuerza en la Encíclica  Rerum Novarum (1891) de León XIII.  

            Si bien, asociamos el nombre de Leon XIII al importante documento de la Iglesia del año 1891, pocos hemos profundizado su contenido y la ocasión de la elección de un Papa que recuerda el nombre de aquel predecesor, nos invita a una reflexión sobre el texto.

            Fechado el texto en Roma el 5 de mayo de 1891, refiere específicamente “Sobre la situación de los obreros”, tema absolutamente revolucionario para esa época de cultura industrial y burguesa.

            Con palabras que sigue siendo absolutamente actuales en nuestra época, León XIII expresa: “Los adelantos de la industria y de las artes, que caminan por nuevos derroteros; el cambio operado en las relaciones mutuas entre patronos y obreros; la acumulación de las riquezas en manos de unos pocos y la pobreza de la inmensa mayoría; la mayor confianza de los obreros en sí mismos y la más estrecha cohesión entre ellos, juntamente con la relajación de la moral, han determinado el planteamiento de la contienda (social)”.

            El documento señala dos puntos fundamentales, que marcarán la historia del derecho del trabajo del siglo XX y del actual: la cuestión del trabajo obrero como tema central de cualquier concepción humanista y la necesaria organización de los trabajadores como defensa de sus intereses.

             Con relación al primer punto, León XIII vincula con coraje y una claridad insólita en la época:  la “situación de los obreros” con cuestiones como “el poder político, la libertad humana, la cristiana constitución de los Estados y otras parecidas, … (Por tal motivo) es urgente proveer de la manera oportuna al bien de las gentes de condición humilde, pues es mayoría la que se debate indecorosamente en una situación miserable y calamitosa”.

            El segundo tema relevante de la Encíclica – como adelantáramos – refiere al derecho de los trabajadores a formar sindicatos como una forma de mejorar sus condiciones laborales y asegurar sus derechos. La Encíclica reconoce que la falta de sindicatos obreros contribuyó a una situación injusta, relegando muchos a trabajan en condiciones apenas inferiores a la esclavitud: “Disueltos en el pasado siglo los antiguos gremios de artesanos, sin ningún apoyo que viniera a llenar su vacío – expresa el documento - el tiempo fue insensiblemente entregando a los obreros, aislados e indefensos, a la inhumanidad de los empresarios y a la desenfrenada codicia de los competidores… Añádase a esto que no sólo la contratación del trabajo, sino también las relaciones comerciales de toda índole, se hallan sometidas al poder de unos pocos, hasta el punto de que un número sumamente reducido de opulentos y adinerados. ha impuesto poco menos que el yugo de la esclavitud a una muchedumbre infinita de proletarios”.

            La Encíclica finalmente refiere a la importancia del salario justo, al afirmar: “tengan presente los ricos y los patronos que oprimir para su lucro a los necesitados y a los desvalidos y buscar su ganancia en la pobreza ajena no lo permiten ni las leyes divinas ni las humanas. Y defraudar a alguien en el salario debido es un gran crimen, que llama a voces las iras vengadoras del cielo. «He aquí que el salario de los obreros... que fue defraudado por vosotras, clama; y el clamor de ellos ha llegado a los oídos del Dios de los ejércitos»

            Recordemos finalmente que la Encíclica Rerum Novarum ha sido la carta fundacional de la Doctrina social de la Iglesias.

            Quizás volvamos sobre este documento tan central en las transformaciones sociales del Siglo XIX, aunque olvidado en sus contenidos: el nombre del nuevo Papa nos desafía a todos a su estudio. 

 

2 comentarios:

  1. Hola profe gracias por sus valiosos comentarios!

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  2. 1891 es un año emblemático, irrepetible. En especial el 28/09/1891.

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