lunes, 6 de diciembre de 2021

Tres reflexiones para una Jornada

No voy a hablar de la Jornada en sí – nuestra Jornada de Derecho del Trabajo y de las Seguridad Social N° 31 -, tampoco me voy a referir a los trabajos, las exposiciones de los ponentes (oficiales y voluntarios), ni la conferencia de Prof. Wilfredo Sanguinetti, todos de excelente nivel. Prefiero reflexionar en este post sobre tres aspectos que hicieron de estas Jornadas, algo distinto y que no quiero dejar pasar. 

En primer lugar, fue la oportunidad del reencuentro luego de casi dos años en que habíamos perdido el tan necesario contacto humano, para encerrarnos en un mundo digital, desde que nos comunicábamos a través de las galerías y las imágenes de diversas aplicaciones. Sorprendió la amplia respuesta de tantas y tantos compañeras y compañeros, que respondieron más allá de los razonables límites de la convocatoria. Esa ansia de encontrarnos, comunicarnos, abrazarnos o simplemente tocarnos los puños según la moda que nos dejó la pandemia, es algo que no había vivido en anteriores Jornadas. Si algo deja de enseñanza sensible este Encuentro es que – más allá de todas las virtualidades, los algoritmos y las teleacciones -, seguimos perteneciendo a la especie humana y como tales necesitamos conectarnos existencialmente sin que ninguna pantalla se interponga entre nosotros.

La segunda reflexión es celebrar el hecho – desde mi experiencia de las relaciones laborales – de ver laboralistas y relacionistas, compartir en pié de igualdad estrado y ponencias, oficiales y voluntarias. Quizás nadie haya remarcado este hecho, y ello es bueno, porque finalmente se ha naturalizado en nuestra percepción universitaria que las dos disciplinas trabajan por igual en la búsqueda los mismos objetivos. No siempre fue así, y la caída de cualquier barrera, nos compromete cada vez más en el estudio conjunto de los diversos temas objeto de nuestras disciplinas.
La tercera reflexión apunta a focalizar la unidad que en la vida universitaria y profesional hemos alcanzado a través de las instituciones que nos representan. En organizaciones democráticas es bueno y saludable que existan sensibilidades, opiniones y visiones distintas sobre los fenómenos del trabajo, porque es en el debate que crece nuestra comprensión sobre una realidad cada vez más compleja. Unidad no es uniformidad; unidad no significa pensar en forma igual; unidad es pensar distinto, pero respetar la opinión del otro, porque nuestra Escuela necesariamente debe nutrirse de la opinión de todos sus componentes.

Una vez más vuelvo a recordar una frase que robé a Ray Kroc, el impulsor de Mac Donalds: “Ninguno de nosotros es tan bueno, como todos nosotros juntos”. Y esa es para mi la principal conclusión, que este evento confirma: hoy, en nuestro Derecho del Trabajo y en nuestras Relaciones Laborales, no hay ningún Messi ni Ronaldo, pero todos – cada uno de nosotros y cada uno en su puesto– somos suficientemente buenos para hacer de nuestra Escuela, el mejor equipo del continente. Las ponencias y las intervenciones de los jóvenes (que parecían ya experimentados ponentes) confirma que tendremos equipo para rato, un equipo bien aceitado que solo puede funcionar con “todos nosotros juntos”.    


 

5 comentarios:

  1. Raso, como siempre a la altura de las circunstancias y muy cerca con sus pensamientos del cotidiano " mano a mano" Gracias Profesor! M. Boliolo

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