lunes, 9 de septiembre de 2019

EL POST-SINDICALISMO O EL SINDICALISMO DE LA ECONOMÍA INFORMAL



He regresado de Córdoba, donde participé al XI Congreso Regional de la Sociedad Internacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. El congreso colmó sin duda las expectativas y durante tres días se debatió en torno a los principales temas que golpean las actuales relaciones laborales (el trabajo autónomo y semiautónomo, las cuestiones de género, la negociación colectiva, etc.).
Los congresos también son oportunidades para mirar desde la propia sensibilidad realidades complejas, y las relaciones laborales en Argentina son un buen ejemplo de ello. Aunque pasen los años nunca entenderemos los derrumbes y los renacimientos del país hermano, y las cercanías geográficas no ayudan a entender formas distintas de concebir la política, la cuestión sindical, el respeto por las instituciones, etc.
Si tuviera que marcar con una palabra lo que más me sorprendió de la visita a Córdoba, esa palabra es CTEP, una palabra que desconocía, pero que ya no voy a olvidad. CTEP es la sigla de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular. Es un organización que no representa la clase obrera o a los trabajadores subordinados en general, sino al sector del trabajo informal, a la precariedad, a los pequeños artesanos y a los cartoneros, a los pequeños trabajadores independientes y cooperativistas.

Lo que más me impresionó es la dimensión cuantitativa de la CTEP. Un asesor del FAECYS, el sindicato de empleados del comercio similar a nuestra Fuecys, me explicó que el FAECYS es el primero y más números de los sindicatos argentinos: reúne un millón de afiliados. Y luego agregó: los afiliados a la CTEP son aproximadamente cinco millones (!). El número impresiona, más si lo comparamos a las demás organizaciones sindicales de la Argentina.
No es una organización con “personería gremial”: no lo permiten las normas argentinas.
Pero la CTEP ha logrado obtener ad-hoc un reconocimiento no menor: se le confirió de hecho una “personaría social”, condición que le permite formalmente tener al Estado como interlocutor.
Es su portal la CTEP se define como “una organización gremial independiente de todos los partidos políticos, representativa de los trabajadores de la economía popular y sus familias... una herramienta de lucha reivindicativa para la restitución de los derechos laborales y sociales que nos arrebató el neoliberalismo y que aún no hemos recuperado” 


El leader de la CTEP es Juan Grabois, un joven abogado de 36 años, docente universitario, escritor, licenciado en ciencias sociales y fundador y referente de la Confederación. Su carrera gremial/social tuvo su primer destaque en el año 2005 con la aprobación de la Ley 1.854, conocida como Ley de Basura Cero, donde logró incluir un artículo de inclusión del trabajo cartonero. Hoy la CTEP reclama al Gobierno prestaciones varias, desde una partida similar a la renta universal, a la constitución de servicios mutuales hasta una reforma agraria pregonada por Grabois. 



Curiosamente - o sin tanta curiosidad - es desde 2016 asesor ad-honorem del ex Consejo Pontificio de Justicia y Paz y se lo indica como amigo personal del Papa Francisco.
 





Una de las modalidades de lucha de la CTEP es armar campamentos en las principales calles de las ciudades. Mientras escribo, están acampados nada menos que en la 9 de Julio de Buenos Aires, en el marco de la Jornada Nacional de Acampes”.  

 
 Estamos evidentemente ante un fenómeno social de dimensiones enormes y me cuesta mucho entenderlo y colocarlo en las categorías de la autonomía colectiva, las organizaciones de trabajadores, los actores sociales formalizados.
Pero evidentemente este fenómeno ha venido a la Argentina para quedarse y no sería sorprendente que se extendiera a otras latitudes.

 ¿Vivimos una etapa de post-sindicalismo? ¿Las modernas sociedades en la medida que generarán trabajo precario, contribuirá a formalizar agremiaciones de precariedad organizada? ¿Los cartoneros será la emblemática avanzada de nuevas fuerzas sociales? Preguntas difíciles para contestar.

Pero aún me queda una pregunta más: ¿los vínculos entre los sindicatos como hoy los conocemos y la precariedad organizada, serán vínculos de cooperación o de conflicto?
 


2 comentarios:

  1. Parabéns Juan. Penso que esse seja mesmo o futuro, a agregação de novos coletivos. A densificação da liberdade sindical redunda compreende-la em suas variadas vertentes, e em horizontes ampliativos quanto à sua titularidade enquanto direito dos trabalhadores, o que desafiará, por certo, o direito do trabalho e a compreensão de democracia plena (para todos os envolvidos).

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  2. Que interesante Dr! Hace un tiempo publicaron una encuesta en que el resultado era que los sindicatos tenían menos aprobación popular que los políticos. Claramente estas formas de asociación son en respuesta a esa crisis de representación de la clase trabajadora. Saludos!

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