sábado, 7 de octubre de 2017

Cine: “El Círculo” o la transparencia del futuro




            Hay una línea de cine futurista, que imagina un “futuro ahora”, un futuro muy cercano, que inexorablemente nos marcará en los años próximos. En esa línea encontramos – por ejemplo – la serie británica de Netflix “Black Mirror”, que explora un futuro a la vuelta de la esquina, muy inquietante, donde las grandes innovaciones tecnológicas ingresan en nuestras vidas, mostrando a veces los peores aspectos de la condición humana.
            La ciencia-ficción del “futuro próximo” se replantea en la película “El Círculo”, adaptación de la novela homónima escrita por David Eggers, en la que Emma Watson interpreta sencilla y extraordinariamente a la protagonista Mae Holland. La acompaña en el reparto Tom Hanks (en el insólito rol de “villano” de esa dimensión futura).
            Mae Holand es una chica igual a miles (¿o millones?) de chicas con un empleo modesto, que ambiciona el éxito laboral en la nueva revolución tecnológica. La suerte (y su evidente capacidad) la acompañan, pudiendo así ser contratada para trabajar en El Círculo, la empresa de internet más prestigiosa del mundo. La joven realiza su sueño de formar parte de la compañía tecnológica más “top” en el mundo, que además (según estrategias muy actuales en la organización del trabajo, para retener a trabajadores), ofrece fiestas y múltiples actividades recreativas en el espacio de sus oficinas y jardines.
            A medida que la película avanza comenzamos a descubrir con Mae que ese mundo de trabajo/diversión pretende ejercer un control total sobre sus trabajadores y sobre la sociedad usuarias de las redes de la compañía.
            Lo que me parece impactante de la película es que esa joven sencilla, que podría ser la vecina de al lado de cualquiera de nosotros, no se espanta antes un espacio lleno de controles, en el que se integra cada vez más.
            El jefe y gurú Bailey (Tom Hanks) descubre el potencial de esta joven en ese mundo tecnológico y le propone participar en un experimento extraordinario, como expresión de compromiso y militancia laboral: ofrecerse para mostrar a colegas y usuarios su vida privada, con minicámaras y micrófonos solaperos, que la acompañan en una especie de reality show individual.
            Todos sus amigos y los millones de personas que tienen acceso a la red, sigue fascinadas su rutina diaria, desde el lavado de los dientes a sus diversas actividades laborales y sociales. Pero además, todos interactúan con mensajes dirigidos a Mae: “¡Que lindos dientes que tienes!; lástima que yo los tengo amarillos”, dice un usuario de la red.
            Mae se convertirá así en una persona “transparente” para millones de personas, con las cuales ha decidido compartir todo. La exposición de su persona es signo de compromiso con su empresa, que no olvidemos, es la primera en el mundo.
            La película termina y salgo del cine   con una duda: “¿Mae es víctima o cómplice?”. Probablemente es ambas cosas, aunque ella no se da cuenta. Ha perdido su privacidad, es un objeto de control y consumo colectivo, pero en un mundo mediático – donde valemos por lo que mostramos – ¿eso es bueno o malo?
            Hice un experimento ayer. Le conté a un colega joven sobre El Círculo y le pregunté: “¿SI te ascendieran a gerente de recursos humanos y te doblaran el sueldo, estarías dispuesto a introducirte un chip bajo la piel y una minicámara en la solapa, para que tu vida se vuelva transparente para todos nosotros?”.
            “Creo que sí – contestó -; ¡me volvería famoso!”.
            “¿No te asustaría ser visto por millones de personas?”
            “No, ¿por qué? – me contesta desafiante – Yo no tengo nada que esconder…”

2 comentarios:

  1. Buena la visión, no he mirado aún la película, pero esta interesante. Parece que el tema planteado no esta solo en el cine... igualmente adelantó mi postura que pasamos a ser víctimas creyendonos cómplices.Slds.

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  2. A partir del tema II de estas últimas Jornadas de D. L. me acordé de esta Nota del Blog, y de una noticia que había leído unos meses atrás, que me horrizó:
    https://www.elobservador.com.uy/empresa-eeuu-implantara-chips-sus-empleados-n1101493

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