jueves, 23 de junio de 2016

TEMA PRESENTE: EL FUTURO DEL DERECHO DEL TRABAJO



He regresado de un evento en Santo Domingo, donde el debate se ha centrado sobre el futuro del Derecho del trabajo ante los cambios violentos (disruptivos, dicen algunos) de los modos de producción y de las estrategias de los nuevos modelos de negocios.
A mi regreso me ha esperado una reunión en Cinterfor-OIT, a la que fueron invitados docentes de nuestra facultad y el tema es el mismo: el futuro de esta disciplina.
La oportunidad para el debate la ofrece el informe 2015 del Director General de la Organización Guy Ryder que plantea los desafíos de los próximos años antes cambios que parecen inevitables: nuevas formas (generalmente más precarias) de trabajo, empresas transformadas por los adelantos tecnológicos,  cuestionamientos sobre las representaciones de empleadores y trabajadores, dificultad para regular una realidad tan segmentada del empleo en el mundo.
Ante los nuevos desafíos, se plantean inevitablemente dos concepciones de algún modo opuestas: un derecho del trabajo principista que trate de ampliar sus fronteras para abarcar las diversas nuevas formas de trabajo vs. un derecho del trabajo pragmático que reconozca diferencias y regule también de forma diferenciada realidades distintas (de ser necesario, bajando el voltaje de su protección).
Es una opción muy difícil, que me recuerda unas reflexiones de Jean-Paul Sartre. El ilustre filósofo francés se preguntaba en épocas de la segunda guerra mundial: ¿Que debe hacer el partisano hijo de una madre viuda? ¿Ir a la guerrilla anti-nazi o quedarse para proteger a la madre? Lo interesante de Sartre era la respuesta: no importa lo que decida el partisano; cualquiera sea su opción, quedará disconforme con su decisión.
Algo así siento ante  los cambios del mundo del trabajo: en la opción entre un derecho del trabajo principista y un laboralismo más pragmático, opto por esta segunda via, pero en realidad no quedo conforme. Temo que un laboralismo pragmático abata las tutelas construidas a lo largo de décadas; al mismo tiempo estoy seguro que un exceso de principismo en el derecho del trabajo, marginará millones de trabajadores, condenándolos a la informalidad, que es de todas la condición menos protegida del trabajo.
En la reunión de Cinterfor-OIT se nos invitó a pensar, hacer propuestas a partir del documento que se nos entregó y que adjunto al final de esta página. Por supuesto, cualquier sugerencia es más que bienvenida. 
Adjunto el texto del Director General de la OIT que vale la pena imprimir y leer

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