No suelo acompañar el ruido de estas fiestas, que cada vez más se alejan de su sentido original, para volverse una celebración del exceso. Tampoco suelo hacer en este blog comentarios sobre cine, aunque siempre hay espacio para las excepciones.
Acabo de ver en Netflix el documental “Compra ahora: la conspiración consumista” (Buy Now! The Shopping Conspiracy) del Británico Nic Stacey. La producción dura poco menos de una hora y media y sorprende ver los niveles de consumo a los que hemos llegado. Una verdadera “conspiración” internacional de las grandes marcas, que han logrado inyectar en el ser humano una probada adicción al consumo.
Las celebraciones del pasado para intercambiar un presente (Navidad, Reyes o un cumpleaños) se han multiplicado en nuevas ocasiones promovidas por una incesante publicidad, que nos impulsa a consumir: más y más- Los nuevos eventos aparecen bajo nombres y motivaciones diversas: San Valentín, el día del niño o de la madre, del padre o de los abuelos, mientras Halloween y el Black Friday llegan a nuestros países para comparten protagonismo a distancia de un mes.
El documental nos relata a través del testimonio de ejecutivos de renombradas empresas multinacionales como las estrategias de venta modifican el diseño de las prendas mes a mes (las “temporadas” del pasado se han vuelto obsoletas y demasiado largas para estos tiempos) para renovar las ansias de los consumidores.
Se ofrecen en el mercado productos tecnológicos (como sofisticados celulares) que no aceptan reparaciones o arreglos y que luego de dos años deben tirarse a la basura porque no pueden cambiarse las baterías. La periodista española Guillermina Carro escribe: “Vivimos en una sociedad que se mueve a través del consumo, pero ha llegado a niveles nunca vistos y esto no solo tiene un efecto en nuestro bolsillo, sino también el planeta. Con este documental podremos ver cómo lucirían las ciudades si las toneladas de productos que se compran y se tiran constantemente no se llevaran a vertederos del tercer mundo para que podamos mirar hacia otro lado y no darnos cuenta de lo que ocurre. Es terrorífico”.
Como todo tiene que ver con todo, el documental “Compa ahora” me recuerda también la explotación laboral que se produce en las cadenas mundiales de suministro; la reciente huelga de los trabajadores de una renombrada tienda internacional en uno de los shoppings más elegantes de Montevideo por no pago de salarios; la distancia cada vez más grande entre quienes consumen en exceso y quienes no pueden alcanzar las necesidades básicas de consumo-
Ante esta realidad, el Derecho del trabajo corre el riesgo de “disolverse”. En algún momento escribí, citando a Bauman, “Surge un nuevo modelo en el siglo XXI, en que los cambios de los modos de producir y el exceso de consumo se retroalimentan en forma continua con modificaciones profundas de la sociedad, en un proceso de consecuencias imprevisibles. Las instituciones tradicionales – la familia, la religión, el sindicato, las ideologías, los códigos de comportamiento, el mismo concepto de patria – se disuelven y en este contexto también el trabajo pierde la solidez que garantizaban sus estructuras tradicionales.
Vale la pena ver el documental. Quizás lo vean con ojos menos pesimista que los míos.