Compañeras y
compañeros,
no puedo
comenzar el disfrute de este domingo de sol, si agradecer a todos los que
hicieron el milagro de la realización de un evento como el 2° Congreso Mundial
de Cielo, que nació humilde y desfinanciado y que fue creciendo en intensidad
gracias al aporte de todos.
En otro
momento podremos evaluar los bueno y lo menos buenos del evento, pero - y en
eso llamo a respaldarme a los compañeros que fuimos a Turin - no fue en
organización, en interés, en posibilidades de intercambio un evento de menor
relieve que el de Turín, al que apostábamos más en comparación con nuestro
congreso vernáculo.
Hoy solo
quiero agradecer. Quiero agradecer a mis colegas profesores titulares que estuvieron
en todo momento presentes en la cancha y apoyando: ese es un signo importante
para mostrar a los extranjeros que - en el bien y en el mal - seguimos siendo un movimiento laboralista
compacto y fuerte.
Un gracias
también especial a todos los docentes, aspirantes y posgradistas, que olvidando
su jerarquía se ofrecieron para apoyar en todo, desde permitir que los cañones
mágicamente funcionaran, a que no faltara una botellita de agua. Eso es
militancia, eso es lo que nos hace distintos: podemos jugar en las grandes
ligas, pero somos soldados cuando la necesidad lo requiere.
Un gracias
de corazón a los compañeros de relacionales laborales que se integraron con
nosotros y que ya forman parte de nuestra realidad nacional. A ellos les digo que
siempre estaremos presentes cuando lo requieran.
Un gracias,
un gracias extraordinario a nuestra Facultad, que ha sido y es el espacio de
vida de todos nosotros. Una facultad que asombrosamente se vistió de una
belleza que nunca había visto. Me enorgullece más que nunca decir a los
extranjeros: “es mi Facultad”.
Y esa
Facultad se vistió de belleza y de eficiencia, porque hubo un cuerpo de colaboradores
desde la Bedelía, a la sección de Cursos, los Medios Técnicos, la Intendencia,
el sector informático (y disculpen si olvido a alguien), que literalmente “se
mataron” para que todo saliera bien. Un detalle anedóctico: en un momento y ante
una presentación muy importante, no pudimos alinear el pen drive traido por el
ponente y la compu; entonces una compañera de Medios Técnicos sacó su
computadora personal y nos la entregó a pura confianza, salvando la
presentación, que era de las más importantes.
Y finalmente
un agradecimiento más íntimo a los que me acompañaron de cerca a lo largo de
estos meses como Mariana Mendy, Gerardo Cedrola y Alejandro Castello, con la colaboración de Karina Pagés y Daniela Garcia.
A Sandra, en
compensación por el stress que tuvo que vivir a mi lado en estos meses, el
último gracias, con nuestro saludo a todos desde nuestro campo de batalla.
(Foto de Amalia De la Riva - Derechos reservados)
Gracias,
muchas gracias!
Raso
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