Me recibí en 1975: en mi título
está impresa la expresión “El año de la Orientalidad”; palabras de recuerdo
doloroso, que por suerte hoy los jóvenes ignoran.
En 1975 imaginaba un Siglo XXI lleno de robots.
Eran maquinas con forma de muñecos de metal, que se dedicaban principalmente a
limpiar nuestras casas y a realizar otras tareas fatigoso. Imaginaba en esos
años que esos robots aliviarían a los seres humanos del trabajo penoso, para
que éstos pudieran dedicarse a tareas inteligentes y motivadoras, además de
descansar tres o cuatro días a la semana.
No imaginaba en 1975 que los robots serían “voces” que nos guiarían a través de conversaciones telefónicas, ni máquinas que contaran y expendieran dinero, ni aplicaciones que nos enviaran una pizza a domicilio.
Entre los nuevos robots, me he
aficionado en particular a uno: Spotify, el streaming que me permiten de poseer
la más vasta discoteca del mundo: yo… y (hoy) más de 100 millones de personas. Comparto con Spotify más tiempo que con mi
familia: lo escucho mientras voy al trabajo, en mi escritorio, con auriculares
durante mis diarias caminatas.
Ayer
Spotify me hizo llegar un regalo de Navidad: es el primer regalo que recibo en
estas fiestas, un regalo que me impresiona: ¡los 30 principales temas musicales
que he escuchado en el año 2016! Ahí están Lucio Dalla, Johnny Cash, Sabina,
pero también Chopin, Francis Lay y
Vivaldi. Me pregunto ingenuamente si fui el único destinatario de ese regalo o
si también los otros 100 millones de escuchas recibieron el mismo día y a la
misma hora su álbum musical personal.
¿Qué
procesos tecnológicos permitieron a Spotify almacenar la información a lo largo
de todo el año para armar ese álbum con mis 30 piezas musicales? Si Spotify
conoce mis elecciones musicales, seguramente otros robots – quizás aliados entre
sí – ya conocen todo de mí: no solo la música, sino también mis luces y mis
sombras; lo que como y lo que gasto; como me visto y donde me agrada
transcurrir el tiempo libre. Nadie en mi vida tuvo tanto poder, como ellos
ahora. Me asusto, pero por supuesto sigo tarareando La Gazza Ladra, que Bluetooth
ha conectado al parlante de mi auto.
Mientras
tanto millones de trabajadores siguen realizando fatigosas tareas bajo la
conducción de expertos robots, construidos por pocos e talentosos individuos.
¿El próximo año – me pregunto – la Navidad
será una aplicación?
Thanks for sharing, nice post!
ResponderBorrarPhục vụ cho nhu cầu vận chuyển hàng hóa bắc nam bằng đường sắt ngày càng lớn, dịch vụ vận chuyển ô tô bằng đường sắt và vận tải, gửi hàng hóa gửi xe máy bắc nam bằng tàu hỏa bằng đường sắt cũng đã xây dựng nên những qui trình, dịch vụ vận chuyển container lạnh bắc nam chuyên nghiệp và có hệ thống. Đảm bảo mang đến chất lượng tốt nhất cho khách hàng sử dụng dịch vụ.