Las Jornadas Anuales de CADE, a la que participé en el día de ayer, constituyen una excelente oportunidad para hacer el balance del año desde la perspectiva de las relaciones laborales de nuestro país y al mismo tiempo formular algunas previsiones hacia el futuro. La particularidad del momento indica que las elecciones de octubre pasado han conformado el nuevo Parlamento para los próximos 5 años, mientras el domingo 24 de noviembre se definirá el balotaje entre el candidato de la Coalición Republicana Alvaro Delgado y del Frente Amplio Yamandú Orsi.
Dividiré mis reflexiones en tres partes: a) algunos aspectos relevantes de este año; b) un pronóstico sobre el futuro; y c) algunos temas importantes que siguen ausentes en el debate nacional en materia de relaciones laborales.
I. Algunas reflexiones sobre las relaciones laborales en el año 2024:
1. El año se caracterizó por una baja conflictividad en términos generales, concentrándose el conflicto en áreas específicas como la enseñanza (sector público) y la pesca (actividad privada). Al mismo tiempo se destacó la acción de la organización sindical de cúpula PIT/CNT, que promovió un plebiscito para modificar el artículo 67 de la Constitución, incorporando en dicho cambio el reestablecimiento de la edad mínima de retiro en 60 años, la equiparación de pensiones y jubilaciones con el salario mínimo nacional y la eliminación de las AFAP. Aunque el plebiscito no prosperó, el trabajo realizado a nivel sindical fortaleció a la propia organización.
2. También se observa que luego de la aprobación el año pasado de la Ley 20.127 de 21/04/2023 sobre la Personería jurídica de las organizaciones gremiales y el relativo Registro, diversos sindicatos se han registrado en el Ministerio de Trabajo, el que desde su página web indica que ya se han alcanzado 100 inscripciones.
3. Comienzan a tomar cuerpo en la agenda del área de los Recursos Humanos cuestiones como la violencia en el trabajo y la salud mental. Los acosos - laboral y sexual -, el stress, la depresión se vuelven riesgos sobre los que cada vez más es necesario focalizar la atención en sus diversas manifestaciones y en su prevención y eventual represión. La reglamentación - a través del Decreto 246/024 de 09/09/024 - del Convenio OIT 155 relativo a la fijación de una política nacional de seguridad y salud laboral, y prevención de riesgos laborales, y la ratificación del Convenio OIT 187 sobre el marco promocional para la seguridad y salud en el trabajo por la Ley 20.354 de 19/09/2024, confirman una creciente atención del Estado sobre el tema.
4. Se ha naturalizado el trabajo digital a través de diversas expresiones: el teletrabajo, los nómades digitales, el nacimiento de la empresa digital. El mundo del trabajo cambió luego de la pandemia, aunque no siempre nos damos cuenta de ello. El trabajo digital se ha vuelto cada vez más común. No solo hablamos de teletrabajo, sino también de fenómenos como los nómades digitales (aquellos trabajadores que trabajan en forma remota desde sus casas para brindar sus servicios o vender sus productos, a través de herramientas informáticas, a cualquier parte del mundo) y comprobamos la multiplicación de empresas digitales especialmente en el sector de los servicios. La digitalización del trabajo se vuelve también un nuevo factor de "fuga” de trabajadores subordinados a expresiones independiente o semidependientes de trabajo.
5. La cuestión de la seguridad social en términos generales (y no solo previsionales) y el impacto en las RRLL son otros de los temas que están en el tapete. Vivimos una mezcla tóxica de trabajo que desaparece y una seguridad social que no logra cubrir los niveles de subsistencia básica de una sociedad: temas como el envejecimiento, los cuidados, diversas formas de desempleo luego de los 50 años plantean un debate que importa a las relaciones laborales y que va más allá del referéndum del si y del no.
6. El debate sobre la reducción de la jornada ha caracterizado el año 2024 en el mundo y en nuestro país. Como en otros casos, el tema plantea muchas preguntas: ¿es posible reducir la jornada sin mantener los niveles de productividad? ¿La reducción promueve el descanso o genera el multiempleo? ¿Pueden las tecnologías compensar la disminución de trabajo sin alterar la productividad? Como ha acontecido en Europa y en el cercano ejemplo chileno, soluciones que promueven una reducción de la jornada con una mayor flexibilidad de la misma podrían facilitar la negociación o la aprobación de una ley en la materia.
II. Algunas previsiones para el 2025
Estas previsiones toman en cuenta la nueva estructura del Parlamento, aunque todavía no es posible indicar la titularidad del próximo Gobierno. Sin perjuicio de ello, es posible hacer algunas previsiones, que obviamente responden a una mirada absolutamente personal.
1. Se arranca con una consolidación de la estructura central del sistema de relaciones laborales, cuyo eje principal es el sistema de consejos de salarios con la negociación a nivel de actividad. En mi opinión, los efectos de la LUC fueron menores y el peso cayó principalmente sobre el tema de las ocupaciones. Lo que debe rescatarse es que la “columna vertebral” del sistema sigue prácticamente intacta.
2. Opino que el actor sindical, al concluir el período de gobierno de la Coalición, se ha empoderado y a través de la estrategia que apuntó al plebiscito de la seguridad social, logra posicionarse como un interlocutor a tomar en cuenta en el debate sobre el tema.
3. Con relación al actor empresarial, la realidad muestra una distancia cada vez más grande entre las medianas y grandes empresas y las pequeñas empresas: la IA juega a favor de las medianas y grandes empresas, mientras las pequeñas empresas integrarán la cadena de producción de las grandes empresas o – como decía - se transformarán en microemprendimientos digitales.
4. Desde el punto de vista laboral-tributario se planteará la cuestión de si los robots deberán aportar a la seguridad social. Es obvio que es una forma de expresarse, pero que esconde una verdad: ¿como financiar la seguridad social del futuro con menos trabajadores contribuyentes y más máquinas? ¿Las empresas de alta tecnología y robotización avanzada, desplazan cada vez más a los trabajadores de cualquier edad, lo cual implica también una responsabilidad social que deberá ser de alguna manera regulada.
5. El debate a nivel Gobierno/Parlamento no imagino cambios sustanciales en un sistema de relaciones laborales consolidado en este primer cuarto de siglo. Seguramente se debatirán temas diversos, entre los que señalo:
a) la reducción de la jornada:
b) eventuales ajustes a la Ley 20.130 en materia de seguridad social.
c) la posible introducción del concepto de “justa causa” para la rescisión del contrato de trabajo.
d) Una posible ley de acoso moral
e) una regulación postergada y necesaria sobre el trabajo de plataformas.
Se plantea la duda si en el caso de resultar favorable el balotaje al candidato del Frente Amplio, se volverá a retocar la ley 18.556, luego de la aprobación de la ley Nº 20.145 de 17/05/2023. Entiendo que un “retoque” podría ser inoportuno, porque plantearía nuevos enfrentamientos con las organizaciones empresariales y con la OIT, aunque no excluyo que pueda legislarse sobre el tema de la ultractividad de los convenios colectivos, cuestión que objetivamente plantea dudas a nivel de doctrina y jurisprudencia.
III. Los temas que siguen ausentes en las rrll;
Finalmente siguen ausentes en el debate de las relaciones laborales, temas importantes que ocupan en el mundo a los actores sociales. Destaco tres:
1. La regulación de la IA en las relaciones laborales: si bien desde AGESIC se han estudiado y regulados temas que vinculaMuchosn el uso de la IA y las nuevas tecnologías en el trabajo, el tema no genera aún la debida atención. Recientemente un documento del PIT/CNT puede abrir una nueva etapa promoviendo la negociación colectiva en la materia.
2. El impacto del ambiente y el cambio climático en el trabajo. Es un tema que importa en el época actual y que preocupa poco en nuestro país. El aumento de las temperaturas, la contaminación del aire, la posible escasez de agua pueden incrementar los riesgos de salud de los trabajadores. También loa cambios climáticos pueden producir inundaciones, incendios, escasez de materias primas, todo lo cual significará pérdidas de empleo. Seguimos creyendo que es un tema de otras latitudes, pero traigo un ejemplo cercano. Hoy en Uruguay hay una actividad importante de transporte por la hidrovía del mineral de hierro que se extrae en las minas de Corumbé (Brasil): la bajante de los ríos está paralizando o demorando esta actividad, con las obvias repercusiones sobre el desempleo.
3. Finalmente entendemos que es necesario atender y reforzar la política de cuidados. Los debates sobre la seguridad social se concentran sobre las prestaciones jubilatorias, mientras se descuida el tema de los cuidados, que mucho tiene que ver con el envejecimiento de la población. En esta línea debería promoverse un debate nacional sobre un tema que ya ha ingresado en el radar de las preocupaciones de la OIT, que en su última Conferencia del 14 de junio pasado ha aprobado la Resolución relativa al trabajo decente y la economía del cuidado.
Concluyo expresando que las relaciones laborales en nuestro país están más que nunca “oxigenadas y vivas” y corresponde a operadores sociales, políticos y académicos seguir construyendo en el diálogo soluciones que atiendan a la condición humana de un país, que sigue estando a la vanguardia en América Latina.
Muy buena participación Dr.
ResponderBorrarcomo siempre una clara visión , abrazo!
Pienso estudiar en este sitio https://pruebaslibres.net/ pero un curso presencial podría ser más intenso, pero me pregunto si podré adaptarlo a mis responsabilidades laborales actuales.
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