Escribo
desde el Aeropuerto de Malpensa (Milàn), donde emprenderé en dos horas el vuelo
de regreso a Montevideo. He sido invitado por la Universidad de Bérgamo a
debatir con otros colegas de distintas universidades de Europa, Estados Unidos
y Asia la cuestión del trabajo del futuro y su sustentabilidad. La posibilidad
de confrontarme con “popes” de las relaciones laborales como Richard Hyman (London School of Economicas de Londres), Peter Cappelli (Wharton School de
Pennsylvania), Laszló Andor (Corvinus University of Budapest) y Michele
Tiraboschi (profesor de la universidad anfitriona) ha sido única. Pero también
aparecieron voces nuevas de jóvenes expertos sobre el futuro como Anna Ginés y
Fabrellas y Adrián Todolí Signes de España y Francesco Seghezzi de Italia..
La cabeza aún me hace “ruido” y por
más atención y compromiso que haya puesto en los tres días de trabajo, la
mayoría de las respuestas no son siempre claras, a veces aparecen contradictorias
y no siempre se coincide sobre la visión de un futuro, que ya va insertándose
en nuestra vida diaria.
Más que expresar mi punto de vista,
prefiero informarles en esta oportunidad sobre algunos aspectos del debate, de
los que he tomado nota. Es tan solo un elenco de los desafíos que nos esperan
en el próximo futuro y es bueno que tengamos a mano una agenda de los temas y
problemas que se plantean. Cada uno de ellos podría ameritar una jornada de
discusión. Veamos los que más me han llamado la atención:
·
El gran desafío es construir trabajo sustentable para el futuro,
entendiendo por tal un trabajo más decoroso y menos vulnerable a los cambios.
·
La realidad a tomar en cuenta es compleja y no incluye solo las nuevas
tecnologías. El futuro tiene que ver con la estructuración y organización de la
fuerza de trabajo, la educación, las competencias, las ofertas y demandas de
trabajo, la mobilidad funcional, la conexión de la formación con el
aprendizaje, y no últimos los problemas de salud del trabajador.
·
He aprendido que existe una disciplina que se llama la “geografía del
trabajo” que estudia la relación entre el trabajador y su entorno geográfico,
tema que sensibiliza mucho a los europeos por la cuestión de los flujos
migratorios, pero que no es ajena a nosotros, porque hoy muchos trabajadores
demoran tiempos extensos de ida y vuelta al trabajo: esos tiempos ni son productivos,
ni permiten disfrutar de la vida personal y familiar.
·
Los expertos consideran que entre el 70 y 90% de los trabajos serán
sustituidos por robots. El gran desafío es como intensificar el trabajo que
coopera con los robots y al mismo tiempo como desarrollar nuevas formas de
trabajo humano para ocupar a los desempleados (por ejemplo, la oportunidad de
extender la idea del “trabajo verde”)
·
Ante la futura robotización no debemos olvidar que el trabajo de
rutina es el más sustituible y en tal sentido la tecnología favorece la pérdida
de trabajo humano rutinario.
·
También debe señalarse que las tecnologías pueden aumentar el horario
de trabajo. El teletrabajo puede extender el trabajo de oficina, obligando a
trabajar de dìa, de noche, solo los fines de semana, etc.
·
Las tecnologías permitirá – para bien y para mal – mezclar el tiempo
de trabajo con la atención a los tiempos para atender asuntos personales y
familiares.
·
La sustentabilidad deberá procurarse mejorando la calidad del trabajo:
en este aspecto las tecnologías pueden colaborar para establecer mejores
condiciones de salud y de vida de los trabajadores y mayor productividad.
·
Pero el trabajo de calidad no es solo una
afirmación: es necesario desarrollar trabajo de calidad, abordando cuestiones
como la atención a la salud y a las cargas familiares, el entorno físico, la intensidad
de trabajo, las características del tiempo (se habla de working time quality), el entorno social, y por supuesto también
las expectativas y las retribuciones del trabajador. Para medir la calidad del
trabajo hay por lo tanto que abordar diversas dimensiones.
·
También el futuro y la sustentabilidad del
trabajo están conectados con el modelo de seguridad social que queremos. La
seguridad debe servir para todos, pero es puesta en crisis por diversas cuestiones:
el crecimiento de trabajo atípico: un modelo individualista, basado en el
trabajador exitoso; el creciente fenómeno migratorio a todos los niveles, la
cuestión de los ilegales y en negro.(trabajo clandestino): los cambios en la
estructura familiar, la mayor expectativa de vida y un aspecto que no es nuevo,
pero que se reitera cada vez con mayor frecuencia en los diversos países: el
fraude del usuario a las instituciones de seguridad social.
·
El tema del futuro del trabajo es también un
tema de la gobernanza de las relaciones laborales y es necesario que los
actores sociales se involucren en la cuestión para promover adecuadas políticas
públicas para promover el trabajo del futuro y contener los riesgos de la
robotización. Aquí veo tareas a realizar por parte de nuestro Consejo Superior
Tripartito.
·
Finalmente todos los expositores coincidieron en
un nuevo perfil del trabajador del futuro. Ya no son suficientes los
conocimientos (a cualquier nivel de la educación pública o privada). Los
estudios deben complementarse con el aprendizaje, con la construcción de un
recorrido formativo en que cada sujeto vaya nutriéndose de la experiencia, del
desarrollo de sus competencias (entendiendo por tales, habilidades y actitudes
que acompañen sus conocimientos laborales), pero también de conocimientos que
deriven de la multidisciplinariedad.. Como ha expresado nuestro colega Gerardo
Cedrola, presente en el evento, el trabajo en la era digital se construirá sobre
la creatividad. El trabajo del futuro – agrega – se base en el talento; ya no
importan tanto los títulos y los diplomas, sino las competencias para hacer,
crear, innovar o adaptarse a las nuevas formas de trabajar.
Aqui me quedo. El parlante ya
anuncia que debo tomar el vuelo. Volveremos sobre el tema.