domingo, 22 de septiembre de 2019

FUTBOL, TRABAJO, MACHISMO Y HOMOFOBIA.


Hablar del futbol profesional es hablar de trabajo. Una forma distinta del trabajo al que estamos acostumbrados, pero que como la actuación de los artistas profesionales es trabajo. Y por lo tanto es también tema de nuestro blog.
            Como expresa Plá Rodrígeuz, “El deporte-espectáculo constituye trabajo en cuanto la actividad deportiva se hace con el objeto de crear una diversión para el público. Se crea un bien de consumo como lo es la diversión masiva que representa para los millares de espectadores cada contienda o competencia... Es un comportamiento humano en el que se produce algo o sea, que encaja perfectamente dentro de la definición de trabajo” (PLA RODRGIUEZ Américo, “Derechos laborales de los deportistas profesionales y artistas”, en rev. Derecho Laboral, N° 109, Montevideo 1978, pp. 4 y 5). Las consideraciones del gran juslaboralista se aplican perfectamente al jugador de futbol y al árbitro profesionales.


Acabo de llegar esta mañana del Encuentro de Toledo, y veo en primera página de nuestro “El País” una foto de Claudia Umpierrez dirigiendo el partido de futbol entre Peñarol y Juventud. Voy al suplemento Ovación de ayer sábado y el título de portada - con foto a toda página - es “El día de Claudia”.
            ¿Quien es Claudia Umpiérrez? Lo más importante para mi es que fue una participante destacada en el primer curso sobre violencia de género en el trabajo que dicté el año pasado. Pero eso obviamente es una percepción muy personal. Su curriculum dice también que es abogada, con lo cual hubiera podido concursar perfectamente para ser jueza civil o de familia o del trabajo. Pero ello decidió ser juez de futbol, en un país que acepta que una mujer pueda juzgar pleitos del trabajo, de la actividad comercial, cuestiones penales, juicios laborales, con confrontaciones a veces terribles de intereses y volúmenes monetarios. Pero en Uruguay que una abogada - o una mujer en definitiva - sea juez de futbol, es algo que escapa a la visión de un país en el que el futbol es uno de los últimos enclaves del machismo más rancio.
            Claudia Umpierrez no es una recién llegada: es nada menos jueza FIFA desde 2010 y arbitra partidos en todo el mundo. Hasta tuve que aplazarle la fecha del examen final de mi curso, porque tenía que dirigir un partido en Qatar. En Uruguay ella es noticia de primera página, porque como dice el titutlar de primera página de Ovación, “Umpiérrez arbitrará Juventud-Peñarol y será la primera mujer a dirigir a un grande”. No puedo dejar de pensar “cuan chicos” son los cuadros grande uruguayos....


            Sigo leyendo los diarios que se acumularon en la semana y la revista “Galería” dedica 4 páginas al nuevo jugador de Peñarol Francisco Xisco Jiménez, quien presuntamente es homosexual. Ello - como indica la nota de prensa - y más allá de la verdad o falsedad de la noticia, despertó “la homofobia latente en el futbol uruguayo”,  y comenzó un cruce de tuits homofóbicos  de los hinchas de Nacional, a los cuales respondieron los hinchas de Peñarol con tuits homofóbicos respecto a históricos futbolistas tricolores”.
            Seguimos viviendo en un país que discrimina en alta dosis. La “leyenda urbana” afirma que en Uruguay no se discrimina, que todos somos buenos y solidarios, que no hacemos diferencias de género o de raza o de capacidades. Cuando leo las noticias de esta mañana, sobre Claudia y Xisco, pienso en cuanta lucha queda para llevar adelante. Es cierto que hay sectores donde la equiparación de género ha hechos grandes progresos. Pienso - como ya dije - en los jueces del poder judicial con alta presencia femenina o en actividades cercanas a nosotros como las gerencias de recursos humanos: hace 10 años las ocupaban hombres; hoy las empresas prefieren mujeres.
            También pienso que la discriminación de género no se limita a la polarización hombre/mujer, sino que abarca a toda persona a que quiere construir su identidad de género como su sensibilidad le indica.
            Pero hay camino para romper las discriminaciones duras (no sólo con relación al género; pienso a la inclusión de los afrodescendientes, a la nueva ley para incluir personas con discapacidad en el trabajo; pienso a todo lo que hay que seguir trabajando para ver al diferente como tan solo una expresión más de la vasta policromía humana.
            Los desafíos de Claudia y Xisco no serán pocos en nuestro país, pero estamos con ellos, porque es con ellos que es posible ir abriendo espacios cerrados, como el futbol, con su discriminación tan naturalizada en todos nosotros.
            Con ellos estamos todos nosotros

viernes, 20 de septiembre de 2019

XXVIII ENCUENTRO DE EX BECARIOS DE BOLOGNA en TOLEDO

Con una participación de más de 100 ex becarios de los diversos países de América latina, España e Italia, acaba de concluir en Toledo el XXVIII  Encuentro de las Red de Ex Becarios de Bologna, cuyo tema central fue: A los cien años de la fundación de la OIT: Pasado, presente y futuro del trabajo que queremos.
La importante convocatoria fue estimulada por una segunda coincidencia: en el día de ayer Pedro Guglielmetti, el impulsor de esta experiencia comenzada en 1988, cumplió 90 años. Ello motivó que los debates se conjugaran con diversas manifestaciones de afecto hacia el homenajeado, que cumplió sus años en plena acción y lucidez.
Entre los participantes más destacados del evento cumple señalar la presencia de los dueños de cada (Antonio Baylos, Joaquín Aparicio, Rosario Gallardo y Laura Mora), los Profesores italianos Umberto Romagnoli y Gian Guido Balandi, Carlos Tomada (quien fue ministro del trabajo en Argentina durante un extenso período), acompañados por jovenes y maduros laboralistas del América Latina, Italia y España.
Desde el punto de vista académico, el momento de mayor destaque fue la exposición del Director de la Oficina de la  OIT en España, Joaquin Nieto, que dio su visión de la Declaración del Centenario de la Organización. 
Nieto ha sido - con anterioridad al cargo en la Organización - Secretario confederal de Medio Ambiente y Salud Laboral de Comisiones Obreras (1991-2008), Presidente y co-fundador de SUSTAINLABOUR, Fundación Laboral Internacional para el Desarrollo Sostenible (2004-2008) y Presidente y co-fundador del ISTAS, Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (1996-2008). Su enfoque del documento del Centenario tuvo especial interés por sus referencia a cuestiones que no valoramos mucho en Uruguay, como son las vinculadas a la sustentabilidad y a la importancia del medio ambiente como condición del trabajo decente.
La delegación uruguaya fue razonablemente numerosa, en razón de nuestra dimensión-país: fuimos 7 los participantes (Sandra Golflus, Mariselda Cancela, María José Pouey, Nicolás Pizzo, Virginia Perciballi, Jimena Ruy Lopez y quien escribe).  En la foto de nuestro grupo no estaba presente Jimena Ruy Lopez, pero integramos al amigo y Director saliente de la OIT, Enrique Deibe.

Para todos fue una experiencia de aprendizaje, pero también de afecto y emoción hacia el llamado “Nono” Pedro Guglielmetti

lunes, 9 de septiembre de 2019

EL POST-SINDICALISMO O EL SINDICALISMO DE LA ECONOMÍA INFORMAL



He regresado de Córdoba, donde participé al XI Congreso Regional de la Sociedad Internacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. El congreso colmó sin duda las expectativas y durante tres días se debatió en torno a los principales temas que golpean las actuales relaciones laborales (el trabajo autónomo y semiautónomo, las cuestiones de género, la negociación colectiva, etc.).
Los congresos también son oportunidades para mirar desde la propia sensibilidad realidades complejas, y las relaciones laborales en Argentina son un buen ejemplo de ello. Aunque pasen los años nunca entenderemos los derrumbes y los renacimientos del país hermano, y las cercanías geográficas no ayudan a entender formas distintas de concebir la política, la cuestión sindical, el respeto por las instituciones, etc.
Si tuviera que marcar con una palabra lo que más me sorprendió de la visita a Córdoba, esa palabra es CTEP, una palabra que desconocía, pero que ya no voy a olvidad. CTEP es la sigla de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular. Es un organización que no representa la clase obrera o a los trabajadores subordinados en general, sino al sector del trabajo informal, a la precariedad, a los pequeños artesanos y a los cartoneros, a los pequeños trabajadores independientes y cooperativistas.

Lo que más me impresionó es la dimensión cuantitativa de la CTEP. Un asesor del FAECYS, el sindicato de empleados del comercio similar a nuestra Fuecys, me explicó que el FAECYS es el primero y más números de los sindicatos argentinos: reúne un millón de afiliados. Y luego agregó: los afiliados a la CTEP son aproximadamente cinco millones (!). El número impresiona, más si lo comparamos a las demás organizaciones sindicales de la Argentina.
No es una organización con “personería gremial”: no lo permiten las normas argentinas.
Pero la CTEP ha logrado obtener ad-hoc un reconocimiento no menor: se le confirió de hecho una “personaría social”, condición que le permite formalmente tener al Estado como interlocutor.
Es su portal la CTEP se define como “una organización gremial independiente de todos los partidos políticos, representativa de los trabajadores de la economía popular y sus familias... una herramienta de lucha reivindicativa para la restitución de los derechos laborales y sociales que nos arrebató el neoliberalismo y que aún no hemos recuperado” 


El leader de la CTEP es Juan Grabois, un joven abogado de 36 años, docente universitario, escritor, licenciado en ciencias sociales y fundador y referente de la Confederación. Su carrera gremial/social tuvo su primer destaque en el año 2005 con la aprobación de la Ley 1.854, conocida como Ley de Basura Cero, donde logró incluir un artículo de inclusión del trabajo cartonero. Hoy la CTEP reclama al Gobierno prestaciones varias, desde una partida similar a la renta universal, a la constitución de servicios mutuales hasta una reforma agraria pregonada por Grabois. 



Curiosamente - o sin tanta curiosidad - es desde 2016 asesor ad-honorem del ex Consejo Pontificio de Justicia y Paz y se lo indica como amigo personal del Papa Francisco.
 





Una de las modalidades de lucha de la CTEP es armar campamentos en las principales calles de las ciudades. Mientras escribo, están acampados nada menos que en la 9 de Julio de Buenos Aires, en el marco de la Jornada Nacional de Acampes”.  

 
 Estamos evidentemente ante un fenómeno social de dimensiones enormes y me cuesta mucho entenderlo y colocarlo en las categorías de la autonomía colectiva, las organizaciones de trabajadores, los actores sociales formalizados.
Pero evidentemente este fenómeno ha venido a la Argentina para quedarse y no sería sorprendente que se extendiera a otras latitudes.

 ¿Vivimos una etapa de post-sindicalismo? ¿Las modernas sociedades en la medida que generarán trabajo precario, contribuirá a formalizar agremiaciones de precariedad organizada? ¿Los cartoneros será la emblemática avanzada de nuevas fuerzas sociales? Preguntas difíciles para contestar.

Pero aún me queda una pregunta más: ¿los vínculos entre los sindicatos como hoy los conocemos y la precariedad organizada, serán vínculos de cooperación o de conflicto?