El
18 de setiembre pasado largas colas de turistas se formaban ante el Coliseo, la
Termas de Caracalas y la zona de los Foros Imperiales en Roma, porque una
asamblea sindical organizada por los funcionarios de los Bienes Culturales
había cerrado el acceso a estos lugares. Los motivos de la huelga estaban
vinculados a la falta de seguridad en las zonas arqueológicas los dias
feriados, la escasez de funcionarios y la competencia de trabajo “disfrazado”
(pasantes y voluntarios).
La
reacción del gobierno fue inmediata: declarar la esencialidad de los servicios
que se brindan en el Coliseo y en los demás bienes culturales. El Decreto-ley
Nº 146 del 20 de setiembre pasado (aclaramos que un “decreto-ley” es en Italia
un decreto con effecto inmediato, que si no es impugnado por el Parlamento, se
convierte posteriormente en ley) agrega
a la Ley Nº 146 de 12 de junio de 1990 sobre servicios esenciales, las
siguientes palabras: (son considerados servicios públicos esenciales...) “la abertura
al público de museos y lugares de la cultura”. Extrañamente – luego de 25 años
– el Nº 146 se repite en la compleja cuestión de la huelga en los servicios
esenciales
Evidentemente
en la confrrontación entre huelguistas y turistas, ganaron los turistas, que no
son poca cosa en la economía italiana. Habrá que ver ahora que sucederá en la
confrontación entre huelguistas y gobierno...
Ello
me recuerda una similar decisión del gobierno español a fines de la década del
’80 que declaró esenciales los servicios del Museo del Prado.
¡Que noción compleja la que refiere
a la esencialidad de los servicios! No hay dudas que en todo el mundo se cuecen
habas.
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