El 1° de Mayo de 1886 fue sábado;
un sábado hermoso y soleado, en el que nadie murió.
Ese
día las organizaciones de sindicatos de los Estado Unidos convocaron a una
campana nacional de huelga y manifestaron en reclamo de la jornada de 8 horas.
Un día radiante: 40.000 obreros, encabezados por Albert
Parsons, desfilaron orgullosos por la ciudad. Fue una espléndida y pacífica
jornada de acción sindical. Nada más aconteció el 1° de mayo de 1886.
Pero el 3 de mayo, la Fábrica Mc Cormick,
cuyos trabajadores estaban en huelga desde hace dos meses, contrató
rompehuelgas. Hubo enfrentamientos entre huelguistas, rompehuelgas y policías,
con un resultado de seis obrero muertos.
Los
trabajadores manifestaron el día 4 de mayo en la Plaza Haymarket
contra los hechos de violencia. Intervino la policía para reprimir y en los
incidentes estalló una bomba que mató un policía. La respuesta fue una balacea sobre la multitud con el
resultado de 38 trabajadores muertos.
Los líderes de ese movimiento fueron enseguida encarcelados. Recordemos
sus nombres: los norteamericanos Parsons y Neebe, el inglés Fielden, y los
alemanes Spies, Shwab, Fischer, Ling y Engels. La mayoría eran obreros europeos
que - en el norte como en el sur de nuestro continente - junto a la miseria
trajeron ideas, rebeldía y cultura obrera.
Luego de un escandaloso proceso, fueron ejecutados Parsons, Spies, Fischer
y Engel, mientras Ling se suicidó en la cárcel. Pero estas muertes no fueron
en vano y constituyeron la semilla de un movimiento sindical que crecería en el
mundo en defensa de los derechos de los trabajadores.
Uno de los jurados, cuando se le
argumentó la inocencia de los acusados, confesó: "Los colgaremos lo mismo.
Son hombres demasiado sacrificados, demasiado inteligentes y demasiado
peligrosos para nosotros".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario